jueves, 21 de agosto de 2014

Inviernos, infiernos, ojeras y resaca de sentimientos por amor barato.

¡Mírame! ¡Mírame a los ojos!
¿crees que te he olvidado? ¿Que puedo subir al desván y dejarte ahí, sin acordarme de que existes, hasta que un día buscando algo tropiece contigo?
Mira mis ojeras, la oscuridad que hay en ellas y luego vuelve a mirarme a los ojos, refléjate en ellos como algo más que puro vacío.
Soy nervio puro desde que tus caricias no me calman porque tus manos ya no me tocan, y es que el café no ayuda del todo pero logro que el pulso me tiemble lo suficiente para dejar de escribirte.
Tendrías que ver mis pulmones, carcomidos a partes iguales por la nicotina y por los besos que ya no me das.
Te recuerdo al otro lado de la cama, te miraba tan fijamente que te di la vida que quería vivir pero que no tenía puta idea del cómo hacer que resucitara.
Pude destrozarme la vida de muchas maneras distintas, pero te escogí a ti.
Es lo que tienen los suicidas ¿no? Aman la vida, pero son las condiciones que les vienen impuestas las que aprietan el gatillo.
Me encendías cada cigarro, y cada esperanza, cada sueño, cada miedo. Eras la peor tormenta de todas, porque traías unos destrozos devastadores pero ¿cómo iba a creer en la calma de después de la tormenta si antes no te sentía a ti reconstruyéndome con tus dedos?
Te miré y te aprendí de memoria.
Quise hacerte poesía, para recitarte mientras me recorría toda tu espalda, mientras enumeraba tus lunares y mientras besaba todas tus cicatrices.
No sé si te hice poesía o no, pero cariño, te he hecho inmortal en cada verso y cada vez que escucho a alguien recitarlos la que tiene ganas de morir soy yo.
He tocado el piano en tus costillas, mientras tú mezclabas los colores para luego pintar lienzos en mi espalda.
Yo nunca supe irme, aunque nunca dejé de sentir la necesidad de escaparnos juntos, y tu nunca supiste quedarte, aunque cada vez que te ibas dejases conmigo tus rotos y siempre se te olvidara el cepillo de dientes y la colonia.
Esta noche, que me pesa como todas pero que lleva dentro los insomnios anteriores, quiero dejar de escribirte, porque nunca me vas a leer, y es que 'vivir' por 'no poder' morir es peor que el suicidio.
Quiero llamarte desde cualquier cabina, solo para escucharte respirar, y luego colgar, ir a emborracharme a un bar cercano, por si te encuentro en el fondo del vaso, tener una de esas noches que desafían al si volveré a amanecer, y que el sol salga, aunque yo siga siendo noche. Yo como siempre: gris. Pero gris lloviendo. Lloviendo dentro, mientras el alcohol me nubla la razón. Siempre he sido más borrasca que anticiclón.
Creo que he visto a unos labios pronunciar tu nombre, si me acerco lo suficiente a ellos igual te vuelvo a llevar dentro, como un suspiro que si se atreve a salir levantaría tormentas de arena pero que si aguanto la respiración se queda pegadito a los pulmones.

Se nos hizo invierno mientras yo estallaba y tú te apartabas, llegó Noviembre pero se nos fueron las esperanzas, y las ganas. Luego año nuevo, nuevo de amores que envejecen dentro.
Florecía la primavera para todos, pero yo me marchitaba solo para mí, cuando llegó el verano y los niños corrían por la arena yo ya me estaba ahogando en pleno océano.
Se nos hizo tarde, y lo peor es que nos dábamos cuenta.
Suspirábamos a contrarreloj; nos tocábamos sin tiempo y nos queríamos sin espacio. Los relojes se nos pararon en un 'Nos vemos pronto' en el que no nos volvimos a ver; mis manos dejaron de sujetar las tuyas y sujetaron cigarrillos para matar el tiempo, y para matarme a mí también; nos perdimos en el espacio, nos absorbió el vacío de camas en las que no queríamos despertar.
Yo ardía, y tú te congelabas, yo no encontraba el extintor y a ti se te hundía el hielo en el pecho, eras lo más parecido a una salida de emergencia. Me adentré en ti y me hice astillas, provoqué una hemorragia y se nos cayó el invierno encima, como se caen los párpados tras llevar 3 noches sin dormir a tientas con la locura, el riesgo y el vértigo, se nos vino el invierno encima, de golpe, y joder, menuda glaciación.


MissRuines.

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