martes, 6 de junio de 2017

Radiografía de un cuervo devorándome las entrañas y mil jeringuillas atravesándome


Rasgaba Bukowski estos versos:

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos.

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.


Pero yo dentro del pecho no tengo color, sólo oscuridad; tengo un cuervo que me devora las entrañas y luego venís vosotros pidiéndome que le deje de dar de comer, cuando es él el que se está alimentando de mí y yo la que se está muriendo de hambre, él no reclama más libertad que la que canta en la cárcel de mis costillas, yo busco ser libre pero no encuentro la manera de sacarlo de dentro.
Por las noches parece que le aúlla a un pasado tan distinto al mío que asusta y me entra frío, no sois capaces de entender que cuando la constante vital es el dolor es inevitable no hacer de él tu hogar.
¿Y si la luz al final del túnel fuese un tren? ¿y si la vida después de la muerte no fuera más que un amago de lo que pudo haber sido pero no fue ni será? ¿Y si sólo durase lo que te da tiempo a pensar ‘Si salimos de esta…’ y justo entonces dejásemos de latir?

Si me hicieseis una radiografía ahora mismo solo encontraríais un cuervo devorándome las entrañas y mil jerginguillas atravesando unos pulmones ya carcomidos por la nicotina, dolor, dolor. Alejandra, la luz ha dejado de bailar también en mi sonrisa, mis manos se han desnudado y se han ido donde la muerte enseña a vivir a los muertos. Alejandra, las flores también se mueren en mis manos porque la danza salvaje de la alegría les destruye el corazón.
Alejandra, que dice Cortázar que te quiere viva, manteniendo el pulso sobre la tierra. Alejandra, deja volar al pájaro de una vez por todas, que se coma el miedo, que baile con la muerte, que sobrevuele abismos, que se queme con las antorchas que rodean todo lo bueno que llevas dentro, que no te absorba su agujero negro, que no te encierre en su cárcel, ni en la tuya, que si a tu noche no la mata ningún sol es porque la sombra te quiere dentro suya, Alejandra ¿dónde estás?, en una minúscula habitación de París suena Janis Joplin, desgarrando los agujeros de la ausencia y no te veo. Alejandra, has ido hasta el fondo y no te encuentro, ¿quién bajará a por ti, bastará que alguien lo haga para que te cure?


MissRuines.

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