domingo, 13 de marzo de 2016

Pulsar el interruptor que origine la catástrofe.

Como cada vez que subo al avión
Y pienso en tus nervios si estuvieras en el asiento de al lado,
Temiendo al despegue y sintiendo pánico por el aterrizaje
Y la azafata interrumpe este desorden de pensamientos
Explicando los pasos a seguir en caso de que haya un accidente.

Y necesito,
Por primera vez,
Necesito que alguien me diga
Cómo actuar
Cuando toda mi vida va a la deriva,
Cuando pierdo el rumbo,
Y no encuentro tierra para echar el ancla.

No le presto mucha atención
Porque me se los pasos de memoria,
Sin embargo,
En un ‘esto no me va a ocurrir en hora y media de viaje’
Decido atenderla
Por el mero por si acaso.

Así que ahí estoy,
Observando cómo se pone un chaleco
Y se extiende la máscara de oxígeno,
Y me veo entonces capaz de pulsar cualquier interruptor
Para que se origine la catástrofe,
Y por primera vez en mi vida
Saber qué coño hacer.

Nos aferramos al pitido de la decimoquinta penúltima llamada
Como si el otro lado de la línea fuese tierra firme
En medio del naufragio
Que todos llaman vida.

Decimos ‘estoy bien, la he olvidado’
Y nos descubrimos cualquier madrugada bebiendo lágrimas en un vaso de tubo,
Fumando el oxígeno que falta desde que no os respiráis
Buscándola en otras bocas,
Tocándola en otros cuerpos
Y no llegándola a sentir en ninguna puta alma.

Deseamos que se devaste la ciudad cada madrugada,
Nos negamos a lavar su ropa
Por si el olor a su piel
Fuese a traerla de vuelta,
No cambiamos ni siquiera la marca de los cigarrillos,
El lado de la cama,
La costumbre de poner cinco alarmas
Por si entre una y otra os cura los sueños.

Decimos ‘te juro que ya no me importa’
Pero sigue siendo lo último al cerrar los ojos
Y lo primero al despertarte,
Sigues anhelando escuchar sus pasos en la escalera,
El sonido del timbre,
Y la melodía de su risa,
Su mirada.
Sigue siendo lo primero al despertar,
Y parece que van cuatro años de resaca emocional
Madrugada si
Madrugada de domingo también.

 
He visto a una gaviota ondear el cielo
Sintiéndose traicionada
Porque una vez más ha confundido la humedad con el mar,
Y así me siento,
Cada vez que hacía de la humedad entre tus piernas
Una señal más,
Y la llamaba amor
Por no llamarla rutina,
Costumbre,
O pasión sin más.

Amor.
Como si tuviera algo más que decir de eso
Que rachas,
Desgaste,
Ruina,
Dolor
Y vitalidad.

La observaba tras mi constante escala de grises
Como plenitud,
Felicidad,
Y me di de ostias con una terrible hoja en blanco
Que decía no poder escribir
Por no tener tinta,
Le daba mi sangre como tintero
Y me decía ‘no puedo’
Y lo siento,
Siento,
Siento que arde,
Que late y devasta,
Que se desgasta.

Qué me queda ahora más que desgana,
Más que ganas de volver a verte
Preguntarte qué tal y no querer huir cuando me respondas que bien,
Porque la verdad es que todo va de pena sin ti,
Han subido los precios,
Y sucios mercaderes han comerciado con la ilusión,
Han  subastado a la esperanza,
Y te juro que sin que tus ojos me guien como faro
No alcanzo.
No te alcanzo.

Los vicios no se quitan,
Solo se sustituyen,
Las ausencias no se van,
Solo se llenan.

Sácame de aquí, joder,
No sé qué hacer para escapar.

Desde el centro de la encrucijada de mi cabeza
Te grito
Sácame de aquí, joder.

Nunca he visto una bala querer atravesar el cráneo del suicida
Sin que el dedo le rogara al gatillo que no,
Nunca me he visto llegar a ti
Con una voz gritando dentro mía que no,
Quizás por eso ahora mismo me defina más la inicial de tu nombre
Que un quizás,
Tal vez,
No es el momento
O más tarde.

Vamos,
Ven a rescatarme.
Sácame de aquí,
De mí,
Saca el cuerpo
De una casa que se está quemando.
Sóplame,
Susúrrame al oído,
Devuélveme a la vida,
Deshazte del cadáver.
 Se mi primera bocanada de oxígeno
Al obligarme a salir a la superficie,
Sé la vitalidad que hace que me ardan los pulmones.

La  verdad es que no sé qué hago
Ni haré,
No sé
Cómo,
Ni por qué,
Pero me he cansado de habitar estas cuatro paredes
Que simulan echárseme encima
Cuando saben lo que siento por ti.

Ganas,
De pulsar el interruptor
Y de una vez por todas saber qué cojones hacer:
Hacer arder todas las ciudades en las que nos llegamos tarde

Y finalmente no nos llegamos.


MissRuines,

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