miércoles, 20 de enero de 2016

De su espalda al papel.

Y ahora,
Que hasta la mismísima poesía se me ha corrido dentro,
Inundado mis pulmones de tristeza,
Que se ha visto desahuciada de todos los corazones rotos que laten
Descompasados
Sobre la devastada tierra;
Que ha sido exiliada
De cada musa,
Que no encuentra otras manos más que las que la insultan.

Ahora,
Que no llueve y aún así se me cala el alma,
Que estoy a bajo cero en un agosto cualquiera,
Que vivo guerra,
En tormenta;
Cada noche sin ti relampaguea
Y el eco de los truenos una sola madrugada
Son suficientes para abastecer a mi cabeza toda la semana.

Tengo, conservo y mantengo
La firme teoría
De que en algún universo paralelo
No existirá ni un solo libro de poesía
De los que no te he recitado.
Que artistas nunca lograrán brotar
Y seguirán con los pulmones carcomidos
Por la resignación de un salario medio.
Que serán absorbidos por algún agujero negro
Todos los lugares de los viajes que nunca hemos hecho.
Que no existirá ni una sola canción
Que no me hayas cantado.

Pregúntate a ti misma si vale la pena
Privarlos del arte,
De la poesía,
Del trayecto de la imaginación,
Del viaje,
Al fin y al cabo,
Privarlos del amor.

Este es mi poema,
Mi grito envasado en un susurro
Evocando aquel orgasmo en un baño cualquiera,
Ya sabes que eres mi musa,
Pero no tienes ni idea de lo caro que me ha salido
Pasar de tu espalda a un vulgar papel
Para confesarte
Lo mucho
Que te echo de menos.
Como esa canción de Adriana,
‘Vuelve,
Que hay demasiada gente que
Aún
Pregunta

Por ti.’


MissRuines.

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